Futuro y tendencias en Smart Cities
Las ciudades inteligentes son entidades vivas que se encuentran en constante progreso y evolución. Avances que van de la mano del imparable desarrollo tecnológico en el que nos encontramos inmersos.
Es por ello que en unos años su funcionamiento distará considerablemente del actual. Algunos indicios nos hacen intuir cómo serán las Smart Cities dentro unos años. A lo largo de este artículo haremos hincapié en algunos de ellos.
Movilidad
El futuro de las ciudades inteligentes va íntimamente ligado a nuevos conceptos de movilidad y desplazamiento para los ciudadanos. Actualmente podemos divisar algunos rasgos al respecto.
La electricidad como motor
No cabe duda de que los medios de transporte eléctricos van ganando cada vez más terreno a los propulsados por combustibles fósiles. De hecho, en el último año las matriculaciones de coches eléctricos e híbridos enchufables en España crecieron un 62,7%.
Esto puede deberse a varios factores, desde los avances y la bajada del precio de las baterías, hasta una mayor concienciación ambiental por parte de la población o las restricciones a los vehículos a motor por parte de algunos ayuntamientos. Aún así, queda un largo trecho por recorrer, ya que de todos los vehículos vendidos, el 93.3% se corresponde con coches de gasolina o diesel.
En lo que a transporte público se refiere, desde hace unos años muchos gobiernos locales han decidido apostar por autobuses eléctricos o híbridos, con el consecuente beneficio para la tan veces maltrecha calidad del aire en las ciudades, reduciéndose las emisiones de CO2
Coches autónomos
Los coches sin conductor tienen una posición de privilegio en lo que a la movilidad del futuro se refiere. Se prevé que para 2025 el sector facturará unos 120.000 millones de euros más.
Aunque aún se encuentran en proceso de investigación y desarrollo, los coches autónomos revolucionarán el tráfico en las ciudades inteligentes, reduciendo atascos, accidentes y contaminación, puesto que son eléctricos.
Estos coches recopilan continuamente información de su entorno, procesándola mediante complejos algoritmos de Inteligencia Artificial para tomar la decisión de conducción más oportuna.
Datos para mejorar el tráfico
La recopilación de datos sobre la afluencia y los incidentes diarios de tráfico en las vías urbanas es de enorme utilidad a la hora de hacer más fluida la movilidad en las mismas.
Mediante la disposición de cámaras y sensores dispersos por toda la ciudad se podrá comprobar qué zonas sufren de tráfico más denso, ya sea habitualmente o por motivos puntuales, como accidentes o cortes de calle. Con ello se podrán plantear rutas alternativas, tanto para particulares como para vehículos de servicio público o emergencias.
Nuevas formas de financiación
Construir una ciudad inteligente supone el desarrollo de una gran infraestructura tecnológica y de comunicación. Esto requiere una considerable inversión por parte de las entidades gubernamentales para que esta tecnología llegue a cada rincón de la ciudad.
Muchos gobiernos están recurriendo a nuevos métodos de financiación para poder llevar a cabo estas obras. Ejemplo de ello es el caso de Alemania, donde a través de una colaboración público-privada está ejecutando el desarrollo de una red de fibra óptica que debe estar concluida para 2025.
Gran parte del impulso de este desarrollo de las telecomunicaciones se debe a la tecnología 5G y a la voluntad de acercarla a la mayor población posible.
Tecnología 5G
La quinta generación del estándar de redes móviles va a suponer un cambio de inflexión dentro de las comunicaciones en las ciudades inteligentes.
Con ella se podrá navegar hasta 10 veces más rápido que actualmente. La tecnología 5G va a centrarse en gran medida en el Internet de las Cosas (IoT), consiguiendo una mejora en la intercomunicación de objetos que nos harán la vida más sencilla, desde automóviles, hasta sistemas del hogar como lavadoras, frigoríficos o asistentes virtuales.
Interoperabilidad de datos y mayor transparencia de gobierno
Los datos constituyen los cimientos de las ciudades inteligentes. Para su funcionamiento óptimo, es conveniente que estos datos sean fácilmente consultables, reutilizables e interoperables. Es decir, que pueda accederse a ellos independientemente de la tecnología que se emplee.
Con una mayor capacidad de acceso y compartición de los Datos Abiertos se pretende alcanzar una mejora en todos los aspectos de la sociedad, tanto para los ciudadanos, como para las empresas y diversas instituciones y organismos.
Planificación a largo plazo
Desarrollar una Smart City implica el despliegue de una red de comunicaciones extensa. Conforme avancen las tecnologías estas redes tendrán que actualizarse, lo que iría ligado a constantes obras en la ciudad, con el correspondiente gasto y molestias para los ciudadanos que suponen.
Algunos gestores ya están planteando soluciones para solventar estos inconvenientes. Por ejemplo, el Gobierno de Singapur quiere convertir más de 100.000 postes eléctricos en dispositivos que puedan servir de sensores de temperatura, lluvias, sonido u otras variables que permitan una monitorización óptima y en tiempo real de la ciudad.

Cada vez son más las instituciones y empresas convencidas de los grandes avances y ventajas para la sociedad que suponen las ciudades inteligentes o Smart Cities. Es por ello que los gestores urbanos planifican el futuro diseño de la ciudad teniendo en cuenta los avances tecnológicos que suponen las mismas.
Con la vista puesta en una mejora de la sociedad en todos los aspectos, las medidas para incrementar el bienestar ciudadano pasan por materias como la movilidad, la gestión de servicios públicos y las comunicaciones, entre otras. Todas ellas basándose en los datos, muchos de ellos de tipo geográficos, como impulsores para su funcionamiento.
Las ciudades inteligentes son una continua fuente de noticias y avances tecnológicos, por lo que miramos al futuro con ilusión y pasión por todo lo que ha de venir.