Los Sistemas de Información Geográfica (SIG o GIS, de Geographic Information Systems) engloban diversas tecnologías que relacionan grandes cantidades de datos con referencias geoespaciales. En una capa que se encuentra por debajo de los datos están los conocidos como metadatos, cuyo procesamiento y gestión son fundamentales a la hora de que las aplicaciones GIS funcionen adecuadamente.
Un Sistema de Información geográfica está diseñado para recopilar, almacenar, procesar, analizar, visualizar y gestionar información espacial y geolocalizada. Es por ello que los datos juegan un papel protagonista en él. De hecho, se estima que entre el 60 y 80% del presupuesto de la implementación de un GIS va destinado a la obtención de datos.
Los GIS son de una enorme utilidad en una variada cantidad de disciplinas como gestión de recursos, estudios científicos y medioambientales, urbanismo, cartografía, sociología, etc.
A la hora de ejecutar un GIS, como hemos comentado con anterioridad, se antoja clave la recogida de todos los datos necesarios. Para ello se establecen diversas técnicas, destacando las más habituales.
- Digitalización de datos en papel.
- Recogida de mediciones topográficas o coordenadas GPS.
- A través de sensores o cámaras.
- Con imágenes tomadas por satélite.
Una vez recopilados, estos datos serán adecuadamente almacenados en una base de datos para posteriormente poder ser visualizados gracias a un tratamiento computerizado.
Aplicaciones de los GIS
Los Sistemas de Información Geográfica gozan de múltiples aplicaciones, siendo las más destacadas:
- Servicios y redes de comunicación: analizar y diseñar estas redes complejas de forma eficiente.
- Planificación urbana: estudiar el crecimiento urbano y proyectarlo a medio-largo plazo.
- Organización del sistema de transporte de la ciudad: con ello podemos mitigar el caos circulatorio.
- Análisis del impacto medioambiental: estos datos pueden ser estudiados por las autoridades pertinentes para ejecutar políticas que mejoren la salud de los ciudadanos.
- Planificación agraria: facilitan saber qué cultivos se pueden desarrollar mejor según las características del suelo.
- Consumo energético: permite conocer mejor el consumo energético de una ciudad y el suministro necesario para satisfacer la demanda de la población.
- Diseño del plan de acción en casos de emergencia: tener datos detallados de una región supone un enorme valor añadido a la hora de planificar las acciones a ejecutar en casos de desastres naturales o de naturaleza humana.
- Definir la mejor ubicación de un negocio.
- Establecer estrategias de marketing.
¿Qué son los metadatos?
Los metadatos se definen como los datos que se encargan de definir características de otros datos con los que están relacionados. Estos responden a las preguntas qué, cuándo, dónde, quién, cómo y por qué sobre el contenido de los datos y las fuentes de procedencia de los mismos.
Se aplican para aportar un contexto a los datos en sí. Ejemplos de metadatos serían el creador de dicha información, le fecha en la que se han originado o la descripción del proceso de creación, entre otros.
Suelen almacenarse en archivos xml, cuya estructura y tipos de contenidos vienen bien definidos en lo que se conoce como esquemas, que se encuentran descritos en un archivo anexo.
Los metadatos son de gran utilidad, ya que sirven para identificar, evaluar y acceder a los datos a los que están anexionados. Facilitan a todos aquellos usuarios que quieran acceder a la información múltiples criterios de búsqueda, convirtiéndose así en una herramienta poderosa de consulta.
Tipos de metadatos en GIS
Podemos clasificar los metadatos empleados en Sistemas de Información Geográfica en los siguientes grupos según el tipo de información que proporcionen:
- Registro de los metadatos: idioma, fecha o estándar utilizado, entre otros.
- Identificación: título, abstract, propósito, keywords.
- Limitaciones: legales y de seguridad.
- Calidad del dato: información sobre fuentes y procesos empleados para la obtención de la información, así como de su exactitud y precisión.
- Mantenimiento: frecuencia con la que se actualiza el dato.
- Representación espacial: técnica usada para la visualización de los datos.
- Sistema de referencia empleado para representar datos de posición y tiempo.
- Contenido: entidades y atributos asociados a los datos.
- Símbolos empleados para representar diferentes características.
- Cómo se distribuye la información.
- Esquema usado para estructurar los metadatos.
Ventajas del uso de metadatos
Como hemos comentado con anterioridad, los metadatos nos dan una visión del contexto en el que se halla la información. Gracias a ellos conseguimos numerosos beneficios de cara a la gestión de los datos.
Entre las ventajas más destacadas que nos aportan los metadatos, podemos destacar el hecho de que agilizan en gran medida la búsqueda y estandarización de la información; además, el disponer de los datos correctamente estructurados nos hace tener una visión más próxima a la realidad, lo que permite una mejor toma de decisiones.
Los metadatos ayudan a localizar datos, de ahí viene la creación de los catálogos de metadatos, que tienen el objetivo de centralizar en un repositorio un conjunto de datos de interés alrededor de una temática, organismo, etc.
Tampoco debemos olvidar el hecho de que con una adecuada implementación de los metadatos mejoramos la seguridad de los datos, estando más protegidos y asegurándonos de que cumplen con la normativa vigente.
Estándares de metadatos
El disponer de enormes cantidades de información hace surgir la necesidad de un criterio que unifique cómo se deben gestionar los metadatos. Esto es el motivo del nacimiento de unos estándares que se encargan de hacer que esta información quede estandarizada y sea interoperable.
En 2003 se redactó la norma ISO 19115:2003 sobre metadatos de información geográfica. Esta norma se encarga de definir vocabularios y procedimientos para los metadatos. La complejidad de esta norma desembocó en el nacimiento de lo que se conoce como un Perfil de Metadatos, que es el conjunto mínimo de metadatos necesarios para describir un recurso de tipo geográfico.
También debemos destacar la Directiva Europea INSPIRE, que proporciona a los estados de la Unión Europea guías técnicas se bajo la norma ISO 19131, de especificaciones de producto de datos e incluyen los requisitos necesarios para definir los conjuntos de datos espaciales.

Desde los años 60 del pasado siglo, los Sistemas de Información Geográfica aparecieron con la finalidad de evaluar de forma integrada la gran cantidad de datos que pueden ofrecernos los mapas. A partir de entonces y de la mano de los avances tecnológicos, los GIS han evolucionado hasta el punto de convertirse en una herramienta esencial para la gestión de datos geográficos.
Los metadatos forman parte esencial de los GIS, ya que nos dan perspectiva a los datos presentes en los mismos. Sin embargo, es tal la cantidad y diversidad de metadatos que existen, que se ha hecho necesario establecer normas con el fin de que exista una uniformidad a la hora plasmarlos con el fin de que puedan ser interoperables. Finalmente, estos metadatos adecuadamente almacenados en repositorios están disponibles para su consulta.
El sector relacionado con las tecnologías geoespaciales se encuentra en constante crecimiento, de hecho, se estima que los trabajos cartográficos crecerán un 30% en el período que va desde el 2016 al 2024. Ello es consecuencia del desarrollo de tecnologías de software, bases de datos y lenguajes de programación.
Gracias a los GIS se ha avanzado de forma más que sensible en la planificación y desarrollo de proyectos, abarcando aspectos que van desde el gobierno de Smart Cities hasta decisiones relacionadas con el ámbito privado y empresarial.